Cuando se acerca el verano, las altas temperaturas hacen estragos y los edificios se calientan en exceso, causando el conocido como “estrés térmico” a quienes habitan o trabajan en el interior. Por fortuna, y gracias a los avances en las últimas décadas, es posible solucionar este problema con el aislamiento térmico de las fachadas.
Este método cuenta con diversas técnicas que han ido desarrollándose, hasta encontrar las más eficaces y respetuosas con el medio ambiente y la estética del propio edificio. Por supuesto, también evita el enfriamiento excesivo en los meses de invierno. Si sigues leyendo, descubrirás junto a nosotros las ventajas de esta intervención y algunas recomendaciones para encontrar la mejor opción posible.
¿Qué es el aislamiento térmico de fachadas?
Esta clase de sistemas se emplea en edificios residenciales, de oficinas o industriales, con el objetivo de mantener su estado en óptimas condiciones frente a las temperaturas bruscas o la lluvia, evitando el deterioro prematuro de la estructura y mejorando la comodidad de las personas.
Ventajas del aislamiento térmico de fachadas
- Mejora la calidad de vida o el rendimiento laboral en el interior, gracias a un ambiente que mantenga valores térmicos estables.
- Solución sostenible, ya que existen técnicas de aislamiento térmico de fachadas que requiere un menor consumo energético durante su intervención.
- A su vez, el aislamiento consigue reducir el gasto energético en el día a día del edificio, lo que supone un plus de sostenibilidad y ahorro.
- Reducción de gastos, derivado del propio ahorro energético.
Tipos de intervenciones
Sistema de aislamiento térmico exterior
También conocido por sus siglas, SATE, el revestimiento para aislar la fachada en el exterior elimina la condensación interior y los puentes térmicos, principales problemas que generan las temperaturas extremas. A su vez, protege el edificio de la polución o la lluvia e incluso mejora el aislamiento acústico que procede del exterior, ejerciendo así una doble función.
En cuanto al método de trabajo, el SATE destaca por no requerir ningún tipo de derribo ni trabajo en el interior del edificio, por lo que no causaría molestia prácticamente y renovaría el aspecto de la fachada.
Sistema de aislamiento térmico interior
La aplicación tiene lugar en la pared interior del edificio, pasando posteriormente al revestimiento. Suele emplearse en casos donde se están realizando obras profundas de rehabilitación o resulte más complicado proceder en la fachada exterior.
Es cierto que este sistema parte con desventaja con respecto al SATE, ya que requiere más tiempo y molestias, además de no resolver los puentes térmicos. Por lo tanto, nuestra recomendación es recurrir al sistema de aislamiento térmico exterior de fachadas.
Cerámica líquida, una propuesta en auge para el aislamiento térmico
Entre los posibles materiales empleados en el aislamiento térmico de fachadas, vamos a centrarnos en la que recurre al material de la cerámica líquida, ya que posee unas cualidades magníficas. Crea una capa continua y con el mínimo espesor, llegando a ofrecer el mismo efecto que 10 cm de espuma de poliestireno. Además, también ejerce como impermeabilizador y es innifugo.
Por otro lado, no hay que dejar pasar las propiedades ecológicas de la cerámica líquida, reduciendo así el impacto medioambiental de la intervención.
Técnika en Altura, especialistas en aislamiento térmico
Claro está, no podíamos dejar pasar las propiedades de la cerámica líquida para el aislamiento térmico de fachadas, por lo que es nuestra principal opción en este tipo de trabajos.
Gracias a la marcha GAINA, empleamos un material de tecnología punta, ya que ha sido desarrollado en la industria aeroespacial japonesa y provoca un ahorro energético de hasta el 50 %. Esta cerámica líquida es 100 % ecológica y cuenta con las certificaciones ISO 14001, de gestión ambiental, y 9001, de control de calidad.
Si deseas más información sobre este servicio y las técnicas empleadas, puedes contactar con nosotros clicando en el link de abajo.