La complejidad de la realización de proyectos realizados en el ámbito de los trabajos verticales conlleva la casi que “impuesta” obligatoriedad de conocer de manera específica y bien detallada el trabajo propiamente a realizar, para no caer en posibles errores tanto en la propia actividad, como derivados de posibles incumplimientos con las normativas y, sobre todo; con aquellos requerimientos especialmente enfocados al cumplimiento de los más estrictos protocolos de seguridad. De esa forma, se evitará posibles consecuencias negativas.
Hoy, queremos detallar de forma más concreta, cuáles suelen ser los errores más comunes en trabajos verticales en los que se suele caer y que debes evitar a toda costa.
Ignorar la meteorología y las condiciones climáticas
Cuando creamos un anteproyecto para la ejecución de trabajos verticales debemos prestar atención a los agentes climáticos ya que son un factor determinante para una óptima realización y para maximizar la seguridad de los operarios. Las temperaturas extremas, la lluvia o el viento, pueden poner en riesgo la vida del trabajador. Por tanto, es conveniente valorar la situación y posponer la actuación en caso previsión de condiciones climatológicas adversas y que puedan incidir de forma directa en la puesta en marcha de los trabajos.
Utilizar equipos que no están normalizados para la realización de trabajos verticales
La importancia del equipo de protección queda regulada de forma general en el Real Decreto 2177/2004, de 12 de noviembre y, de forma específica, gracias a la Asociación Española de Normalización y Certificación (UNE). Todos los equipos de protección y herramientas a emplear deben estar, por tanto, normalizados bajo estos preceptos legales para poder permitir su uso adecuado en los trabajos verticales.
No tener en cuenta el factor caída
Si se sufre una caída realizando trabajos verticales, el sistema anticaída entrará en acción para que el impacto sea limitado y detenido lo antes posible. Para que las consecuencias de la caída sean mínimas, los absorbedores de energía se integran como parte del arnés principal de seguridad para reducir la velocidad de caída y disipar la energía cinética producida. De esta forma, se maximiza la seguridad.
Trabajar con una sola cuerda de sujeción
Cuando se realizan trabajos verticales hay que tener un plus en seguridad. Por eso, cuantos más recursos destinados a ello usemos, más ganaremos en tranquilidad. El sistema de sujeción debe contar con dos cuerdas independientes. La primera de ellas se establecerá como medio de acceso, descenso y apoyo. Por su parte, la segunda se mantiene como cuerda de seguridad en caso de emergencia.
Dejar abierto el seguro de un mosquetón
En una caída, el impacto puede generar oscilaciones en la cuerda que, si no se encuentra adecuadamente cerrada con el seguro del mosquetón, puede acarrear graves consecuencias. Esto es debido a que se establece el seguro de los conectores para poder disminuir los riesgos derivados de golpe en caso de caída.
No asegurar el final de cuerda
Realizar un nudo al final de la cuerda de sujeción ayudará a evitar que el operario se salga del sistema en caso de estar escaso de cuerda. De esta forma, un nudo remate de cabo actuará como sistema de seguridad si ocurre algún problema.
Olvidar realizar las comprobaciones de los sistemas de seguridad
Antes de iniciar un trabajo vertical, hay que realizar comprobaciones meticulosas de los diferentes sistemas de seguridad para asegurarnos de que todo está en buen estado y no existe ningún riesgo añadido para el trabajador. Aquí, es esencial que se realice un buen mantenimiento de los equipos a emplear y de todos aquellos recursos que necesitaremos en la ejecución de los mismos.
Realizar trabajos en solitario
A la hora de realizar trabajos verticales es importante contar con un mínimo de dos personas ya que, de esta forma, se garantiza el cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
No estipular un plan de rescate
El plan de rescate es clave para la consecución sin riesgos de los trabajos verticales. Es indispensable que se adapte a cada situación específica, según los riesgos que se atañen al trabajo.
Entre los principales aspectos que debemos tener en cuenta en el plan de rescate encontramos:
- Identificar los riesgos.
- Elegir la distribución y longitud de las cuerdas.
- Gestión de los recursos materiales.
- EPI´S correctos y en óptimo estado.
- Definición de los sistemas y canales de comunicación.